viernes, 27 de marzo de 2009

Frases de santos III


En resistir, pues, a las pasiones se halla la verdadera paz del corazón, y no en seguirlas.


No hay, pues, paz en el corazón del hombre carnal, ni del que se entrega a lo exterior, sino en el que es fervoroso y espiritual.

El que no está dispuesto a sufrirlo todo, y a hacer la voluntad del amado, no es digno de llamarse amante.

Aún no has resistido hasta derramar sangre. Poco es lo que padeces, en comparación de lo que padecieron tantos, tan fuertemente tentados, tan gravemente atribulados, probados y ejercitados de tan diversos modos.

No es cosa de poco momento ganar o perder el reino de Dios.

Algunos padecen graves tentaciones al principio de su conversión, y otros al fin, pero otros son molestados casi por toda su vida.

Si no puedes hacerte a ti cual deseas, ¿cómo quieres tener a otro a la medida de tu deseo? De buena gana queremos a los otros perfectos, y no enmendamos los propios defectos.

Los Santos y amigos de Cristo sirvieron al Señor en hambre y en sed, en frío y desnudez, en trabajos y fatigas, en vigilias y ayunos, en oraciones y santas meditaciones, en persecuciones y muchos oprobios.

Los mayores Santos evitaban cuanto podían la compañía de los hombres, y elegían el vivir para Dios en su retiro.

Por esto, al que quiere llegar a las cosas interiores y espirituales le conviene apartarse con Jesús de la gente.

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