lunes, 18 de febrero de 2008

Mira en tu interior


Déjate abrazar por el fuego del Espíritu Santo, que te consuma ese Fuego Santo, no intentes apagar más esa hoguera, esas llamas que queman para purificarte, para santificarte, porque sin ese fuego jamás verás veras su rostro. Mira que Él está en la cruz ahora por vos, contempla sus clavos y la sangre que corre por todo su cuerpo, piensa cuanto dolor siente y que casi no puede respirar, y todo esto para salvarte a vos y mi. Hasta cuando seguiremos viviendo una vida relajada, hasta cuando seguiremos practicando una religión llena de costumbres y sin contenidos.

"Aplica tu mente al espejo de la eternidad; y pon tu alma en el esplendor de la gloria, y tu corazón en la figura de la divina substancia; y transfórmate totalmente por la contemplación en la imagen de su divinidad, para que también experimentes lo que experimentan los amigos cuando saborean la dulzura escondida que el mismo Dios reservado desde el principio para los que lo aman"

Carta tercera de Santa Clara a la Hermana Inés

Entremos en los ríos infinitos de la Majestad, Él puede darnos más de lo que imaginamos, dejemos nuestros egoísmos para adentrarnos en los misterios divinos, en las fuentes sagradas necesarias para cualquier alma, transformémonos en seres espirituales, divinicémonos en aquel que es divino, contemplemos y llenémonos de esa fuente viva, cambiando todo razonamiento por comunicaciones silenciosas y faltas de palabras, pero llenas de comprensión absoluta sin margen de errores, acariciemos la substancia, el néctar de la vida, volemos sin límites buscando la absoluta unión con Dios en Cristo Jesús. Adhirámonos al manantial de gracias y encontraremos la vida verdadera traspasando el mundo material, abandonemos el apego a todo lo que no es Dios y así treparemos hasta el infinito desde la nada hasta hacernos uno con aquel que colgó de un madero para transformar a la humanidad.

"Tú puedes contener a Aquél que te contiene a ti, y a todas las criaturas y poseer algo que es la más firme posesión con todas las demás posesiones de este mundo. Se engañan, pues, tantos reyes y reinas que, por mucho que suban hasta el cielo con su soberbia y toquen las nubes con su cabeza, al fin se verán reducidos como a una especie de estercolero".

Carta tercera de Santa Clara a la Hermana Inés

Que puedes encontrar fuera de la fuente de origen de todas las cosas, sino miseria, llanto, dolor y pesadumbre. Buscar la felicidad en esta tierra es egoísmo y en el egoísmo hacemos lo que queremos y deseamos; sin embargo para alcanzar la santidad debemos negarnos a nosotros mismo y seguir al Amor de los Amores, debemos renunciar a toda felicidad pasajera y como punto de llegada tener solo la eternidad.

La salida alegre causa muchas veces triste vuelta, y la alegre trasnochada hace triste mañana. Así, todo gozo carnal entra blandamente; mas al cabo, muerde y mata.

Tomas Kempis
Libro primero Capítulo 20

Toma nuestras miserias Amado, y transfórmanos totalmente en victimas vivas para poder ser corredentores en tu Sagrada Obra, haznos entender los misterios más ocultos de la cruz y así transformándonos en ostias vivas cambiemos a la humanidad titubeante de las cosas del espíritu. Que podamos todos los días observarnos y meditar sobre el camino que nos conduce a la cruz, reveamos constantemente nuestras acciones para ver si las nuestras se unen a las de Jesús. Leamos, pensemos, meditemos, lloremos, suframos, desgarrémonos, sintámonos morir, pero no pequemos.

"Siendo el esplendor de la gloria eterna, el brillo de la luz eterna y el espejo sin mancha, mira diariamente este espejo tú, oh reina y esposa de Jesucristo, y constantemente observa en El tu rostro, para revestirte totalmente por dentro y por fuera con variedad de adornos y rodearte de flores y vestidos de todas las virtudes, como corresponde a quien es hija y esposa castísima del Rey supremo".

Carta cuarta de Santa Clara a la Hermana Inés

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