- En nuestra propia historia, todo lo que nos sucede, grande o pequeño, agradable o desagradable, está invisiblemente regido por el Buen Dios y tiene un sentido.
- -¿Pecados, tú? ¿Cuáles pueden ser? Dímelo, te lo ruego.
-¡Vaya una pregunta! exclama San Pascual Bailón fuera de sí; ¿acaso no hay miradas indiscretas, imaginaciones peligrosas y movimientos de impaciencia?... - «Muchos robos pequeños forman uno grande, y llegan al fin a sumar una cantidad respetable que hace a uno merecedor del infierno».
- «Más vale pagar aquí que en el infierno»
- Su única ambición es ser «la escoba de la casa de Dios» Decían de Pascual Bailón.
- -La superfluidad de cosas en la celda, solía decir, sirve de impedimento al espíritu para dirigirse hacia Dios.
- -Sigamos la moda de la pobreza, respondió cierto día a su Guardián, el cual se empeñaba en darle un nuevo hábito. Pascual Bailón.
- -El prójimo es el medio que Dios nos ha dado para poder apreciar el amor que a Dios tenemos (Santa Catalina de Sena).
- Nadie puede amar tanto a los hombres como los santos, porque nadie hay que ame a Dios en la medida en que ellos lo aman.
- En una ocasión le vieron a través de las rendijas de la puerta mientras ejecutaba ante la imagen de la Santísima Virgen la danza de los gitanos. Tal era el medio que le sugería su candorosa simplicidad para recrear las miradas de su Reina Soberana. De este modo imitaba a Santa Teresa, que se entretenía los días de fiesta en tocar la flauta y el tamboril, y a San Francisco de Asís, que echaba mano, a guisa de violín, de dos trozos de madera para hacer sonar así la idea musical de su imaginación exuberante.
- -Jóvenes, dedicaos a la oración. Huid de los compañeros perversos y de las ocasiones peligrosas, y seréis castos.
jueves, 2 de octubre de 2008
To be Saint
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Algunos Pensamientos
- En resistir, pues, a las pasiones se halla la verdadera paz del corazón, y no en seguirlas.
No hay, pues, paz en el corazón del hombre carnal, ni del que se entrega a lo exterior, sino en el que es fervoroso y espiritual. - El que no está dispuesto a sufrirlo todo, y a hacer la voluntad del amado, no es digno de llamarse amante.
- Y no está sólo el aprovechamiento de la vida espiritual en tener gracia de consolación, sino en que con humildad, abnegación y paciencia lleves a bien que se te quite, de suerte que entonces, no aflojes en el cuidado de la oración, ni dejes del todo las demás buenas obras que sueles hacer ordinariamente.
- Aún no has resistido hasta derramar sangre. Poco es lo que padeces, en comparación de lo que padecieron tantos, tan fuertemente tentados, tan gravemente atribulados, probados y ejercitados de tan diversos modos.
- No es cosa de poca importancia ganar o perder el reino de Dios.
- Acércate, pues, con una fe firme y sencilla, y llégate al Sacramento con suma reverencia; y todo lo que no puedes entender, encomiéndalo con seguridad al Dios todopoderoso. Dios no te engaña; el que engaña es el que se cree a sí mismo demasiadamente. Dios anda con los sencillos, se descubre a los humildes, y da entendimiento a los pequeños, alumbra a las almas puras, y esconde su gracia a los curiosos y soberbios. La razón humana es flaca, y puede engañarse; mas la fe verdadera no puede ser engañada.
- Algunos padecen graves tentaciones al principio de su conversión, y otros al fin.
Pero otros son molestados casi por toda su vida. - Si no puedes hacerte a ti cual deseas, ¿cómo quieres tener a otro a la medida de tu deseo? De buena gana queremos a los otros perfectos, y no enmendamos los propios defectos.
- ¡Ay de nosotros? ¿Qué es nuestra vida comparada con la suya?
Los Santos y amigos de Cristo sirvieron al Señor en hambre y en sed, en frío y desnudez, en trabajos y fatigas, en vigilias y ayunos, en oraciones y santas meditaciones, en persecuciones y muchos oprobios. - Los mayores Santos evitaban cuanto podían la compañía de los hombres, y elegían el vivir para Dios en su retiro.
- Por esto, al que quiere llegar a las cosas interiores y espirituales le conviene apartarse con Jesús de la gente.
viernes, 8 de agosto de 2008
Crecimiento y Reflexión
- ¿Cómo puedes evitar que una gota de agua se evapore?
(“Tirándola al mar”)
- Hay cosas que hemos de olvidar con el fin de volver a aprenderlas, y hay cosas que debemos poseer con el fin de renunciar a ellas.
- Quizás puedas decirme que es mas importante: Satisfacer mil deseos propios, o conquistar uno solo tuyo.
- Moisés vivió 120 años, y su vida se resume en tres pinceladas: Los primeros 40 años, pensando que era alguien ¡Hijo del Faraón! Los segundos 40 años, pensando que no era nadie, en el desierto, cuidando las ovejas de su suegro Jetró, hasta que estuvo bien humillado, listo para la labor. Los últimos 40 años, descubriendo lo que Dios puede hacer con alguien que no es nada, ¡Liberar a su pueblo del Faraón!
- «Cuanto menos obra el alma con habilidad propia va más segura, porque va más en fe»
- Y así, cuando el alma quitare de sí totalmente lo que repugna y no conforma con la voluntad divina, quedará transformada en Dios por amor»
- Los apetitos sensibles desordenados «cansan el alma y la atormentan y oscurecen y la ensucian y enflaquecen.
- La santidad cristiana no siempre exige «no tener», pero siempre exige «tener como si no se tuviera»
- De poco valdría que el hombre se liberara del Demonio y del mundo, si estuviera sujeto a la carne.
- Los demonios son ángeles caídos, que atacan a los hombres en sus niveles más vulnerables -cuerpo, sentidos, fantasía -.
- «Cuanto más el hombre se acerca a Dios, tanto más se ve pecador» El no ir ganando es ir perdiendo...y no adelantar es retroceder.
- El principiante ha de vencer el pecado mortal, el adelantado centra su lucha contra el pecado venial, y el perfecto llega a una relativa impecabilidad.
jueves, 3 de julio de 2008
Aforismos III
- Obligatorio es alcanzar la Santidad, ley fue y seguirá siendo, y hay de aquel que no la adquiera, aunque ésta deja de ser obligatoria y ley cuando iluminados por la gracia nos da a entender que es lo único que nos une con Dios.
- Cuerpo y alma, dos opuestos inseparables y necesarios entre sí, aunque sin alma no hay vida humana, pero sin cuerpo eternamente viviremos. Necesario es abandonar el cuerpo.
- La libertad es el orden en las cosas sin razonamiento, es la acción sin movimiento, y aunque todos la anhelamos, sin razonamiento, no sería posible adquirirla.
- La contradicción necesita de la afirmación y viceversa, esto es tan real como que el hombre necesita llorar y reír a lo largo de la vida.
- Todos rechazamos el dolor, sin embargo si no pasáramos a través del mismo no lo conoceríamos y seguramente lo buscaríamos. ¡Quién sabe!
- Seguir o no seguir, intentarlo o no, quererlo o no. ¿Acaso en las decisiones, siempre hay entusiasmo y determinación?
- Después de todo, el gusto por lo espiritual nace solamente a fuerza de someter el cuerpo, disminuir los placeres y aniquilar la voluntad.
- La felicidad sólo la encontré en uno que no quería morir y murió, en aquel que engrandecía su Yo y se negó a aceptar lo que no quería y ocurrió. Entonces pensé: Porque no hago lo que quiero y sí, hago lo que no quiero.
- De mil maneras he intentado enderezar mi vida y marchar por la senda correcta, y de mil maneras intentó trasmitirme que por mis medios jamás lo lograré.
- Cada vez que intento llegar, siento que estoy mas lejos. Pero cuanto más me alejo, siento que ya llegué.
- Los votos han de cumplirse al igual que cuando siento hambre me alimento. Ahora si, si no cumplo mis votos seguiré viviendo, ¿y si dejo de comer?
martes, 17 de junio de 2008
Reflexiones I
- La Santidad consiste en AMAR Y SERVIR A DIOS Y AMAR Y SERVIR AL PROJIMO; o sea, la Santidad es ejercicio o vivencia de la FE, ESPERANZA Y CARIDAD hasta las últimas consecuencias.
- "Entre santa y santo, pared de cal y canto". Y esto en la suposición de que sean santos; pero ¿Qué diremos cuando uno de los dos ya está buscando la aventura?
- Tener ideales y sacrificarse por ellos: he ahí la grandeza del hombre. Y cuanto mas nobles los ideales y mayores los sacrificios, tanto más extraordinarios el heroísmo y la santidad.
- El esfuerzo ascético consiste en desarraigar lo malo, podar lo superfluo y reforzar lo bueno.
- Deseaba el padecer; lo pedía al Señor; pero, cuando llegaba, no podía aguantarlo. Santa Verónica Giuliani.
- Como todos los amantes del mundo, hablaban de amor, de felicidad, de vivir juntos, de soñar juntos, de construir juntos…
- "Yo he creído porque he sufrido" poeta francés F. Coppée
- Antes, la tragedia; después, el alejamiento del palacio; y ahora el rechazo familiar… Parecía que todos los puentes se hundían bajo los pies de Margarita de Cortona; pero todos ellos no eran sino etapas o jalones de un difícil itinerario místico que llevaría a Margarita hacia las azuladas cumbres de la Santidad.
- Se sabía hermosa y seductora, dotada de esos poderosos encantos que enloquecen los corazones masculinos.
- Y el AMOR es SANTIDAD.
- El hombre es una unidad. Por eso tanto el cuerpo como el alma necesitan sacrificarse para reparar.
- En efecto, medida y clave de la Santidad es el amor de Dios y del prójimo.
- En las manos de Don Bosco o del Padre Kolbe el dinero puede servir para grandes obras culturales y asistenciales; pero en otras manos, puede servir para el soborno, para comprar conciencias y pagar asesinos.
- Sin embargo, la Psicología nos enseña que todo hombre necesita un signo, que lo atraiga y lo comprometa. Tanto el soldado como el maestro necesitan un uniforme o un guardapolvo que los distinga, los ubique y les recuerde su misión.
- Lamentablemente, muchos ignorantes o presuntuosos no comprenden la Santidad de Dios que rechaza todo pecado y toda sombra de pecado; ni comprenden la malicia de todo pecado, tanto del mortal como del venial que, por ser ofensa de Dios y del prójimo, merece toda condenación y expiación.
- Algunas veces nada grave se encuentra en nuestras almas, pero, con que halla un poco de polvillo impedirá que los rayos divinos lleguen a nosotros con toda tesura, esta son la neblina de algunas distracciones.
- Y se vengó como se vengan las almas grandes: callando, sufriendo, y haciendo.
- En verdad, los Santos son hombres de rica humanidad y están amasados por una desafiante y heroica originalidad.
- El santo, justamente por ser hombre de Dios, es hermano y amigo de todos los hombres, conoce sus problemas, comparte a menudo sus miserias y a todos ofrece su solidaridad.
- La Fe es asirse a Dios, y Dios lo puede todo. Luego, ¡siempre adelante!
- Sólo Dios lo sabe. ¡y esto basta!
- La Santidad del Señor exige gran pureza de conciencia y gran vigilancia sobre los propios actos.
- La medida de la realización de uno es la medida de su amor y de su entrega a los demás.
- Los hombres terrenales, acosados por bajezas y miserias, nos resistimos a comprender esos vuelos del espíritu.
martes, 10 de junio de 2008
Reflexiones
- Salir de Egipto (pecado), atravesar el Desierto (penitencia), y llegar a la Tierra Prometida (santidad).
El principiante ha de vencer el pecado mortal, el adelantado centra su lucha contra el pecado venial, y el perfecto llega a una relativa impecabilidad (+San Ignacio, los grados de humildad, Ejercicios 164-167).
Sin temor alguno a las medidas radicales para alcanzar el estado de santidad, si lo fuera necesario: cambiar de domicilio, dejar de ver a alguien, renunciar a un ascenso-, y sin dramatizar los despojamientos que fueran precisos, que siempre serán una nada.
No adelantar, es retroceder
- El no ir ganando es ir perdiendo...
- El que no tiene cuidado de remediar el vaso, por un pequeño resquicio que tenga basta para que se venga a derramar todo el licor que está dentro. Y así, una imperfección basta para traer otras, y éstas otras; y así casi nunca se verá un alma que sea negligente en vencer un apetito, que no tenga otros muchos que salen de la misma flaqueza e imperfección que tiene en aquél, y así siempre van cayendo.
- «Cuanto más el hombre se acerca a Dios, tanto más se ve pecador» (65,289).
- «Cuanto menos obra el alma con habilidad propia va más segura, porque va más en fe»
- Y así, todos los primeros movimientos de las potencias de las tales almas son divinos; y no hay que maravillarse de que los movimientos y operaciones de estas potencias sean divinos, pues están transformadas en ser divino» (3 S 2,9).
Así lo dice San Juan de Avila sencillamente: «No has de vivir, hermano, por tu seso, ni por tu voluntad, ni por tu juicio; por Espíritu de Cristo has de vivir» (Sermón 28, 478-480)
«El alma no se une con Dios en esta vida por el entender, ni por el gozar [de la voluntad], ni por el imaginar, ni por otro cualquier sentido, sino sólo por la fe, según el entendimiento, y por esperanza según la memoria, y por amor según la voluntad. Las cuales tres virtudes todas hacen vacío en las potencias: la fe en el entendimiento, vacío y oscuridad de entender; la esperanza hace en la memoria vacío de toda posesión; y la caridad vacío en la voluntad y desnudez de todo afecto y gozo de todo lo que no es Dios» (2 S 6,1-2; +STh I,1,8 ad 2m).
viernes, 11 de abril de 2008
Santidad Laical

Tanto los laico como los religiosos estamos llamados a la santidad y así algún día estaremos como ángeles unidos a toda la milicia santa adorando al Dios Trinidad. Ahora bien, sabemos que la vida religiosa esta perfectamente proyectada para alcanzar ese estado mas fácilmente, se podría decir de alguna manera, que no se está tan expuesto al mundo y sus placeres como lo está el laico.
Sin embargo el camino del laico hacia la santidad es realmente increíble y digno de destacar aunque pocas veces lo podamos apreciar. Ciertamente estamos acostumbrados a imaginar la vida de un laico insertado en una sociedad y su desarrollo en el núcleo familiar atormentado, corriendo sin tiempo intentando acrecentar los ingresos y hasta como a modo de “un cumplido” yendo a misa los domingos. Pero no olvidemos que hubo también muchos hombres y mujeres que en grado de heroicidad han demostrado que es posible la santidad en el mundo y desde la familia, brillantes caminos que pocos se atreven a recorrer, delicias inimaginables de la verdadera vida del hombre que ve desde lo más hondo de su interior, valientes guerreros que aprendieron a sufrir en silencio y ser negados incluso por los suyo, por los mas cercanos, por sus propias esposas/os, hijos/as porque como dice el Señor, nadie es profeta en su tierra.
En esta hermosa carrera, el que verdaderamente nos va guiando es el Espíritu Santo, El sopla sobre sus siervos cuando quiere como quiere y donde quiere ¿quienes somos nosotros para limitarlo? Cada laico sediento de santidad debería dejarse llevar por el mismo Espíritu, si nos inspirara a rezar la liturgia de las horas porque negárselo y si nos inspira a orar por la noche porque no hacerlo o si no condujera a alguna obra piadosa, quienes somos para levantar la voz y recordarle nuestra condición laical. ¿No es Él el dueño de todo y todos? ¿Acaso no puede hacer lo que quiera con sus criaturas?
Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios.
La vida hacia la perfección cristiana en suma, no es mas que adherirse a Dios mas y más, es ir sintiendo a Jesús mas cerca de nuestras vidas, pero de verdad. Es aprender a vivir de la fe y eliminar poco a poco nuestro “YO” que nos hace creer omnipotentes, esa fe que en mucho casos ha cocinado sabrosos banquetes sin intervención humana o hizo volar a personas venciendo la gravedad, esa fe que muchas veces resucitó muertos o hizo ver a los ciegos, esa fe que traspasó paredes o continentes, esa fe que hizo que no se alterasen en lo mas mínimo aquellos santos ante los horrores mas indecibles de la historia humana, esa fe que advertía el pasado y el futuro o hacía surgir las cosas mas ocultas a la luz y que nadie salvo el involucrado sólo lo sabia. Caminos que van en contra del mundo y muchas veces de las costumbres propias de los hombres.
En suma, atrevámonos a ser distintos, a ser todo de Dios, intentemos reconciliarnos con la gracia y vivir mas a pleno la vida divina de Jesús y dejar atrás al hombre viejo. Que Dios sea realmente el centro de nuestra vida, lo único importante y que poco a poco vallamos desapareciendo para encontrarnos con aquel que colgó en un madero por vos y por mí y evitando todo pecado aprendamos a caminar con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días.
Suceda lo que suceda no peques.
Sin embargo el camino del laico hacia la santidad es realmente increíble y digno de destacar aunque pocas veces lo podamos apreciar. Ciertamente estamos acostumbrados a imaginar la vida de un laico insertado en una sociedad y su desarrollo en el núcleo familiar atormentado, corriendo sin tiempo intentando acrecentar los ingresos y hasta como a modo de “un cumplido” yendo a misa los domingos. Pero no olvidemos que hubo también muchos hombres y mujeres que en grado de heroicidad han demostrado que es posible la santidad en el mundo y desde la familia, brillantes caminos que pocos se atreven a recorrer, delicias inimaginables de la verdadera vida del hombre que ve desde lo más hondo de su interior, valientes guerreros que aprendieron a sufrir en silencio y ser negados incluso por los suyo, por los mas cercanos, por sus propias esposas/os, hijos/as porque como dice el Señor, nadie es profeta en su tierra.
En esta hermosa carrera, el que verdaderamente nos va guiando es el Espíritu Santo, El sopla sobre sus siervos cuando quiere como quiere y donde quiere ¿quienes somos nosotros para limitarlo? Cada laico sediento de santidad debería dejarse llevar por el mismo Espíritu, si nos inspirara a rezar la liturgia de las horas porque negárselo y si nos inspira a orar por la noche porque no hacerlo o si no condujera a alguna obra piadosa, quienes somos para levantar la voz y recordarle nuestra condición laical. ¿No es Él el dueño de todo y todos? ¿Acaso no puede hacer lo que quiera con sus criaturas?
Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios.
La vida hacia la perfección cristiana en suma, no es mas que adherirse a Dios mas y más, es ir sintiendo a Jesús mas cerca de nuestras vidas, pero de verdad. Es aprender a vivir de la fe y eliminar poco a poco nuestro “YO” que nos hace creer omnipotentes, esa fe que en mucho casos ha cocinado sabrosos banquetes sin intervención humana o hizo volar a personas venciendo la gravedad, esa fe que muchas veces resucitó muertos o hizo ver a los ciegos, esa fe que traspasó paredes o continentes, esa fe que hizo que no se alterasen en lo mas mínimo aquellos santos ante los horrores mas indecibles de la historia humana, esa fe que advertía el pasado y el futuro o hacía surgir las cosas mas ocultas a la luz y que nadie salvo el involucrado sólo lo sabia. Caminos que van en contra del mundo y muchas veces de las costumbres propias de los hombres.
En suma, atrevámonos a ser distintos, a ser todo de Dios, intentemos reconciliarnos con la gracia y vivir mas a pleno la vida divina de Jesús y dejar atrás al hombre viejo. Que Dios sea realmente el centro de nuestra vida, lo único importante y que poco a poco vallamos desapareciendo para encontrarnos con aquel que colgó en un madero por vos y por mí y evitando todo pecado aprendamos a caminar con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días.
Suceda lo que suceda no peques.
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